Cuando la tarde es de los pájaros.
Cuando la gente lleva en los bolsillos
sustos y monedas.
Cuando las oficinas padecen la quietud.
Cuando los niños juegan a ser eternos.
Cuando el obrero inclina la cabeza
recordándose hombre y no máquina.
Cuando el televisor es la hora de quedarse callado.
Cuando la palabra dolor huele a mujer.
Cuando la inutilidad muerde el corazón...
Alguien lleva horas,
quizás días,
meses,
esperando a que anochezca.