Le digo al apego que se mude de casa
en la mía, ya no hay espacio.
Le grito al miedo que puede hacer sus mil gestos
ya no me asusta el ruido del pasado.
Le confieso a la culpa que me independizo
ahora que me otorgo voluntad al bien.
Quiero, y esto es un deseo profundo,
amar sin sacrificios ni dependencias.
Echar del vocabulario toda palabra
irrespetuosa que llena de moscas el abrazo.
Amar lo íntimo y vivaz,
la efervescencia de luz en la piel.
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